jueves, 14 de enero de 2010

URUGUAY: Movimiento Anti Ocio (M.A.O.) cumple 50 años


M.A.O.
Una historia lacacina con color salesiano.
Comenzaba la década del 60. El mundo amanecía a una época de cambios profundos que empezaban a insinuarse. Una época de grandes transformaciones. La sociedad cambiaba rápidamente, en todo el mundo había movimientos sociales que marcarían a fuego, a las comunidades locales.
Juan Lacaze y su región, el Uruguay todo, despertaban a esos cambios con los ojos asombrados.
Por entonces- este rinconcito al sur, mojaba sus pies en el Plata, deseoso de veranos largos y calurosos.
La fábricas- verdaderos pulmones del pueblo sabalero- pitaban llamando a su gente al trabajo. Hombres y mujeres ganaban el pan y los hijos crecían, multiplicándose en bandadas, de rodillas raspadas, de caritas sucias y de abuelos en casa.
La niñez era feliz, aún con poca cosa. Con unos palitos y unos clavos fabricábamos juguetes que nos llevaban horas y con los que jugábamos las tardes enteras.
Los niños a la escuela y los padres al trabajo, forjaban entre el humo de las chimeneas, los olores y ruidos fabriles, la grandeza del pueblo.
La Escuela 39, la 105, la 100, el Colegio de las Hermanas para niñas y la Escuela Industrial San Juan Bosco para varones. Los salesianos ya hacía casi 30 años que habían llegado a Juan Lacaze y la ciudad comenzaba a tener la impronta de su carisma.
Incontables son los sacerdotes y hermanas que pasaron por nuestro pueblo y todos dejaron su huella en él. Algunos con más o menos relevancia, otros dejando el sello inconfundible de Don Bosco.
La década del 60 tomó a un Juan Lacaze, con esas características, entre otras que- aunque tan interesantes como importantes- no hacen a esta historia.


El Padre Inella.

Joven, delgado y de baja estatura, sonrisa serena y espíritu inquieto; con un sacerdocio casi para estrenar, Miguel Angel Inella llegó por aquellos días a la Escuela Industrial San Juan Bosco.
Su carácter afable, pronto lo llevó a ser querido por los alumnos del colegio, a pesar de que su tarea de “Consejero”, lo encargaba de la disciplina de aquellos niños. Era el que ordenaba el toque de campana para el recreo y el que le ponía fin; el que llamaba al orden y al que todos debían respetar.
Fue él, en acuerdo con la comunidad salesiana, numerosa entonces, quien pensó, darle a aquellos niños un espacio de recreación, de sana y pura diversión durante las vacaciones.


Nace el MAO

El Movimiento Anti Ocio- M.A.O. nació en las vacaciones de 1960, con un grupo de niños alumnos de la Escuela Industrial San Juan Bosco, que ocupaban sus tardes, entre el fútbol en el patio del colegio, los juegos de salón- futbolito, ping pong, carolina y las revistas de historietas.
Las idas a la Playa Charrúa se harían clásicas, los viajes a Santa Ana, los campamentos en el Paso de la Horqueta también. La atenta supervisión salesiana estaba ahí, siempre.
Al próximo año, aquella experiencia se repitió ya con mejoras. Nuevos juegos, Dopey (el más pequeño de los 7 enanitos) se convirtió en la mascota del M.A.O. las salidas a la playa se multiplicaban, los paseos, la alegría, el compañerismo.
Al mismo tiempo se acrecentaba también, el número de niños, y seminaristas que venían a ayudar.
Pasaron 10; 20; 30; 40; 50 años y el M.A.O. continúa recibiendo a cientos de niños y niñas que durante las tardes de enero, pueblan con sus cantos, juegos, corridas, los patios de la antigua Escuela Industrial y de la Parroquia San José Obrero y San Juan Bosco.
Aquella inspiración del querido P. Miguel Angel Inella llegó al medio siglo de existencia. Un regalo de Dios y un presente de Don Bosco para el pueblo sabalero que acogió a sus hijos y a las hijas de María Auxiliadora, confiándoles su más preciado tesoro sus niños.

Una noche de festejos.
El pasado domingo 3 se iniciaron los festejos que se extenderán por todo el mes.
En los patios del Colegio cientos de personas, antiguos ex alumnos y fundadores del MAO se dieron cita para homenajear a quien fuera su fundador Miguel Angel Inella
quien se hizo presente- junto a su familia- para recibir el afecto y el sincero reconocimiento de la familia salesiana y de todos aquellos que en algún momento pasaron por esa casa.
Emocionado- Inella- recordó sus 10 años en Juan Lacaze, recibió el fraternal abrazo de la comunidad y del pueblo lacacino que le quiere.

El Baby Fútbol, también.

Cabe señalar que pocos años después aquel hombre, de baja estatura, de sonrisa buena y de inconmensurable amor a los niños, fundó junto a otros grandes hombres de este pueblo, la Liga lacacina de Baby Fútbol... pero eso lo dejamos para otra historia...
NOTA: Artículo realizado gracias a la colaboración de Periodista Juan CERVANTES (uno de los pioneros del M.A.O.).

1 comentario:

  1. Aguante el MAO!!!! Yo estuve en el y la verdad esta alucinante!!! =D. Muy lindos momentos!!!

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