miércoles, 29 de julio de 2009

URUGUAY: Policía que se destaca

Fray Bentos

Tres policías salvaron la vida de un bebé de 9 meses que se asfixiaba

Fray Bentos. La madre llamó al 911 y los tres uniformados lo reanimaron

FRAY BENTOS | DANIEL ROJAS

"Pensé que se moría", dijo Katia Junco, todavía consternada por lo que pasó el domingo. A las 4 de la madrugada, tres policías salvaron la vida de su hijo de nueve meses, que estaba a punto de fallecer asfixiado.

Una llamada al 911 alertó a tres funcionarios, que en un móvil de la seccional segunda de Policía, cumplían tareas de patrullaje en Fray Bentos.

Cuatro minutos después llegaron al domicilio ubicado en calles Crottogini y Jacarandá, un barrio periférico de la ciudad. Allí se encontraron con la madre de Fabio Montañés Junco. Estaba pidiendo auxilio para el pequeño que tenía entre sus brazos, desesperada, en el medio de la calle.

La ayuda llegó en el momento exacto. "Un minuto más, hubiera sido tarde y hoy estaríamos lamentando lo sucedido", contó el policía Daniel Arbiza, quien junto a los agentes Juliano Pereyra y Paul Balao, practicaron tareas de reanimación.

"Cuando el equipo llegó, se encontró con un panorama complicado porque el niño estaba prácticamente sin signos vitales", informó el Comisario Gustavo Dutria.

El jerarca destacó lo oportuno del comando, que capacitó en primeros auxilios a todos los policías sin excepción.

Katia observó que en medio de la fría noche del domingo el menor de sus hijos convulsionaba como consecuencia de la elevada fiebre.

El bebé "estaba dormido y de repente empezó a temblar", contó. "Después se tiraba para atrás y los ojos se le daban vuelta", explicó la joven.

En ese momento salió corriendo y le pidió a una vecina que llamara a la emergencia.

"Llegaron enseguida y por ellos, hoy tengo a mi hijo en brazos", agregó.

El rostro de Katia pasaba de la angustia a la que la llevaban esos recuerdos, a la felicidad de tener con vida a su hijo.

"Lo digo de corazón, no tengo palabras para agradecerles", expresó ayer de tarde, en medio de la emoción.

REANIMACIÓN.

"Son situaciones límite. En el momento uno tiene que ir con la cabeza en frío y pensando en la salud de la persona, más en este caso que se trataba de un niño", dijo a El País, el agente Juliano Pereyra, a cargo del operativo.

Narró que cuando llegaron, lo primero que hicieron en medio de la desesperación de la madre, que no podía contarles mucho, fue tomarle el pulso.

"Mirá que el nene no tiene mucho pulso, me dijo Daniel (Arbiza). Entonces lo tomé de los brazos, pude sacarle la lengua y le dije que le pegara fuertes palmetazos. Cuando el nene lloró, dije: `Bueno madre, ahora sí se salvó`".

Posteriormente llevaron al niño hasta el hospital local. "Cuando hablé con el médico me dijo que posiblemente la asfixia había sido provocada por la elevada temperatura, que hace que los músculos se contraigan" explicó.

Pereyra reflexionó acerca de la función diaria del policía. "Sabemos el trabajo que cumplimos y que nos debemos a la gente. Por suerte nos pasó esto lindo, pero muchas veces no se acuerdan de las cosas buenas y sí de las desgracias", dijo.

"Esto nos da fuerza para seguir adelante con nuestro trabajo y reafirma nuestro compromiso de servir a la sociedad", añadió el agente Paul Balao.

Ayer, justamente, fue el cumpleaños del agente Daniel Arbiza. Un día especial, uno de los más felices de su vida.

Salvar la vida de este niño, colmó con creces todas las ingratitudes que depara su trabajo. "Nos enorgullece ver a su madre feliz y al niño que está bien", expresó mientras sostenía a Fabio entre sus brazos.

Ayer de tarde, los tres policías volvieron a la humilde vivienda para visitar a la madre y saludar al niño quien, por sugerencia de uno de los presentes, será de ahora en más "el ahijado de los tres".

FUENTE: El País Digital

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